El uso de los uniformes nos crea un factor de identidad y confianza, adquiridas por nuestra adherencia moral, acerca de una idea, institución sea académica, medica, estatal, policial, etc., de la misma forma en el plan y practicidad de nuestro trabajo. D, de esta forma su uso es algo generalizado en nuestro mundo moderno.
Principios de los uniformes
En el origen etimológico de la palabra uniforme, venos su derivación del latín, “uniformis”, “unis” (uno, único) y “forme” (forma), es decir los uniformes son algo que tiene una única forma, sea en su vestimenta o en sus diversos elementos. Este concepto, deviene en la formación de la antigua Roma. Este imperio desde sus inicios creó instituciones firmes en todas sus gamas; de las más importantes era el ejército, el cual debía estar bien equipado. De esta forma la calidad del vestuario, así como sus herramientas era un objetivo de primera necesidad para los romanos.
El uniforme respaldaba la disciplina, que debía ser férrea en todos los sentidos de su vida. Precisamente este hecho, fue el precursor en el Imperio Romano a sus logros militares y expansión por todo el mundo. Nunca negaron la importancia del valor, el coraje y la entrega, unas cualidades respetadas de muchas tribus y reinos rivales, pero anteponían a estos valores la disciplina. Podemos ver en diferentes programas y documentales históricos, o en películas, donde se aborta este tema histórico. Ejemplo de esto la disciplina romana hacia a sus soldados ganadores en sus batallas. No olvidemos uno de sus preceptos: “Romanos, Firmes y Dignos”. Efectivamente la dignidad romana era una característica muy clara.
De estos inicios, podemos ver en el uniforme la inclusión de colores específicos, banderas, distintivos de división y rangos. Esto conlleva una especialización y dedicación a cada ramo específico. De esta forma esto creó muchos aspectos específicos de la cultura como la conocemos.
Registros de uso de uniformes por soldados
Aunque debemos tener en cuenta, que los romanos no fueron los primeros en usar el uniforme, su historia viene desde la antigua Sumeria, en Mesopotamia, donde surgió la escritura en el año 3200 antes de Cristo. Se tienen registros de diferentes vestimentas con pieles de animal y formas, que eran un uniforme común entre los soldados. Lo que se les reconoce a los romanos en su uniforme es la aplicación de modelos, así como el establecimiento de regulaciones para su portación y confección. Y claro está, su expansión por el mundo con este modelo militar y social.
Cuando se derrumbó después de mil años, el Imperio Romano el ideal de la república y el imperio cesaron. En este mundo en ruinas, los nuevos uniformes fueron las armaduras y cotas de malla de los Caballeros que denostaban el símbolo del orden, protección y disciplina.
En la Edad Media, el uniforme se transforma en un elemento de lujo. Entre telas más finas, más detalles y materiales de hechura como el oro, se usaran, se entendía más prestigio, fama y respeto. De esta forma el uniforme se pasa a las clases sociales, significando pertenencia. Las mujeres en las cortes tenían sus uniformes como los trajes especiales de las damas de la reina, y la soberana misma cuyo vestido en sus adornos y firmeza era la versión femenina de una armadura, pero ahora moral.
Uso de Adornos
Estos ideales van a permear al siglo XVIII, el de las luces. Nuevas vestimentas y símbolos van a ser usados, en este afán caballeresco para denostar el honor y la integridad de los miembros de un grupo. Los adornos no van a faltar, y muchos inspirados en los tiempos romanos, tomándolos como fundadores de la cultura occidental. En La Revolución Industrial, tomando la idea de la protección de los trabajadores, se comienzan a desarrollar nuevos métodos de protección adicionales al ya famoso mandil de los picapedreros, carpinteros y carniceros. De esta forma el overol de los obreros en la Revolución Industrial va a marcar una nueva tendencia.
Las ideas políticas se trasladan al concepto de uniforme, de modo de trabajo, objetivos, grupos, nación, siendo cada día algo más práctico, pero con detalles anacrónicos o románticos. Al respecto, se comienza a generar un concepto adicionado: la admiración del llamado uniforme. A finales del siglo XVIII, esto va tener una gran importancia, desde los mosqueteros del rey de Francia hasta los soldados de la caballería húngara. Los trajes eran un uniforme tan vistoso que causaban admiración y marcaban tendencias de la moda.
Para el siglo XIX se comienzan a dar los grandes pasos a la vestimenta moderna. Su expansión con el colonialismo se traslada a muchos otros países. Un ejemplo fue la inclusión en el Oriente, en China y Japón, donde se comenzó una moda de imitación a este nuevo uniforme occidental, del cual el traje se convirtió en el uniforme de la clase adinerada.
Papel que desempeña en las Guerras Mundiales
En las dos guerras mundiales, los uniformes tuvieron papeles importantísimos en muchos factores y crecimiento de las industrias respectivas, además de ser motivos propagandísticos. Entre los casos denostados, de un uniforme práctico y con estilo, está la participación del diseñador de modas Hugo Boss para realizar ocho tipos de uniformes diferentes para el ejército alemán, y en específico de las facciones elite de Hitler. En 1935 Boss, ya solo fabrica uniformes, en vez de ropa para civiles, por lo cual a las necesidades de este ejército causó tendencias, que casi a la par los demás ejércitos comenzaron a imitar.
Hasta nuestros días, tenemos la idea del uniforme como el traje con corbata y saco como un símbolo de elegancia, refinamiento, seriedad y trabajo ejecutivo. La tendencia en los otros ramos de producción, servicios, asistencia médica y cargos institucionales, cada día más gravita al confort, el modo deportivo y elegante.
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